Aparece nuestro niño sirio, Abdel en una ciudad. Poco a poco van apareciendo junto a él sus pertenencias y las cosas que le gustan (play, libros, micrófono, familia, etc)
Poco a poco, conforme van pasando los días (la ciudad se vuelve de noche y de día todo el rato) Abdel va perdiendo posesiones a la vez que su cara va haciéndose cada vez más triste y su ropa se va deteriorando.
Posteriormente tendremos a una niña española con todas sus pertenencias y muy feliz. Se irá acercando poco a poco a Abdel y se descuadrará al ver cómo puede que un niño esté en esas condiciones.
Ella compartirá con él todo lo que tiene y Abdel será feliz de nuevo.
Soledad Rodríguez Macías
Eva Rodríguez García
Mª Guadalupe Sánchez Gutiérrez
María Solis Iglesias
Nuria Muñoz Flores
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