Mi entrada semanal va dedicada a mi Cruz Roja Juventud, porque ¡SE LO MERECE!
Este fin de semana he hecho un curso de saber cómo controlar las conductas violentas en los institutos, con niños entre 1º-4º ESO, tocando temas como el acoso escolar a profesores, bullying, violencia de género, entre otros ámbitos.
Hicimos actividades y talleres el primer día para conocernos mejor. Una de ellas fue la de pasarnos un hilo diciendo 3 características positivas y negativas de nosotros mismos y después, haciendo un nudo en nuestra mano se la tendríamos que pasar a otro compañero para que hiciera lo mismo y, así,crear una estrella (o la figura que saliera)
Después, nuestra formadora nos separó por grupos para que nos preparásemos una exposición de un tema dirigido hacia alumnos (que seríamos el resto de la clase) como voluntarios de Cruz Roja Juventud y que, además, cada uno tendría un papel como por ejemplo, alguien sería la persona preguntona, otra persona sería la persona que cuchichea siempre con el compañero, otra persona quién nunca suelta el móvil... y así para "distraer" a los voluntarios y que estos supieran qué hacer y cómo actuar y aprender todos de nuestros propios fallos y los ajenos.
La noche del sábado hicimos también juegos como por ejemplo el bunker o tinieblas donde me lo pasé como los indios. Y, mientras unos dormían, otros seguíamos sin dormir contando cosas de risa o jugando a otros juegos (sin hacer o intentando no hacer ruido)
No he dormido ni tres horas pero cuando haces lo que te gusta, no importa el cansancio que tengas en el cuerpo porque todo es recompensado.
Gracias a las personas que han compartido esta experiencia conmigo porque, además de ser la primera con Cruz Roja Juventud, me han ofrecido muchas cosas a pesar del tiempo que hayamos pasado. Hemos compartido historias del pasado que han marcado la vida de muchas personas y hemos sido capaces de ponernos en su situación, tocando la fibra sensible de todos y cada uno de nosotros. Tanto la formadora, como los voluntarios, como la directora provincial han sido un claro ejemplo de la palabra profesionalidad y, además de eso, han sido personas. Personas con sentimientos, que expresaban con la mirada las ganas que tenían de comerse el mundo y las ganas que hay en esta asociación de ser capaces de concienciar a la población de todas las cosas que pasan hoy en día.
No puedo agradecer con palabras lo que a marcado en mi vida, porque no quiero parar nunca de hacer cosas de estas y de sentirme mejor persona.
¡Gracias, gracias y gracias!
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