¡Buenas!
En mi entrada de esta semana quiero hablar sobre el problema que existe actualmente en la sociedad.
Hace poco leí un artículo que habla del mundo competitivo en el que vivimos, donde si no estás a la altura el resto de personas te "comerán" y donde parece que nada es suficiente.
Incluso ser un niño llega a ser una excusa. Los padres dejan de ser padres en el momento en el que sucumben a sus hijos en un repertorio de actividades, que a ellos les gustan, para que sean el mejor en algo que a lo mejor al niño no le está motivando como de verdad podría motivarle algo que verdaderamente le guste.
Son padres que preparan a sus hijos para la vida en el sentido de ser los mejores, pero lo que no saben estos padres es que empujarles a que sean los mejores tienen graves consecuencias.
Principalmente les estás quitando la infancia. Considero que lo que un niño tiene que hacer es jugar, divertirse y tener errores para aprender de ellos. Hace que los niños se centren más en los resultados que en el camino a seguir, principalmente porque el camino no le han elegido ellos. Si eligieran ellos el camino prácticamente les sería más fácil e incluso podrían llegar a ser muy buenos, porque es algo que les gusta. Por el contrario, al no motivarles, perderán el interés.
Además, todo esto lo único que hará es que se conviertan en personas con miedo a fracasar, sin ser capaces de asumir errores.
Por último y lo más importante es la pérdida de autoestima que puede llegar a ocasionar, por la cantidad de presión que se ejerce con el niño. Podrían llegar a ser adultos inseguros, pendientes a lo que diga el resto de personas.
Desde mi punto de vista un niño tiene que jugar solo, con amigos, divertirse, saber que es querido por su familia, sus amigos, que puede elegir lo que más le guste en la vida, sea lo que sea, porque siempre tendrá el apoyo de sus padres y que no siempre las mejores calificaciones llevan al éxito y que solo haciendo lo que le gusta será feliz.
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